La Hispanidad en debate | Huellas de la Historia
- Pablo Javier Coronel
- hace 6 días
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Hace ya tres años y medio que vivo en España, más precisamente en Málaga, al sur de Andalucía. Vivir y convivir con otra cultura, entender la historia de este país y de esta región me han ayudado a comprender complejizando aún más la mirada sobre un concepto un poco amorfo como lo es la “hispanidad”. Caminar por ciudades como la que me ha adoptado o por Córdoba y más aún Granada o Sevilla me han llevado a re-pensar un poco los términos de la llamada “re-conquista” y de la subsiguiente invasión (descubrimiento o conquista) de América. Pero vamos a ordenar un poco todo para darle a este texto un poco de coherencia.

Este 12 de Octubre, los reyes borbones y las fuerzas armadas desfilarán por el Paseo del Prado en Madrid para festejar el “Día de la Hispanidad” desde la glorieta del Emperador Carlos V hasta la Plaza de Colón. La fiesta patria máxima del Estado español coincide con la llegada de Colón a América y el inicio de una nueva era para España junto a toda Europa. Pero aquí es cuando empiezan los problemas.
Aquella gesta cargada de valentía y coraje de un grupo de aventureros que desafiaban la mirada oscurantista de las instituciones medievales que decretaban que la tierra era como un plato, terminó en el descubrimiento de todo un continente para los europeos. Sin embargo, ese descubrimiento se convirtió rápidamente en una invasión de saqueo y muerte después de los primeros encuentros. En los subsiguientes viajes, la espada y la cruz comenzaron con una conquista violenta de las muchas culturas y civilizaciones que ya habitaban durante siglos el continente. Paso a paso, las Antillas, el imperio mexica y el imperio Inca fueron sometidos a una aniquilación de formas inimaginables que terminaron obligando a los españoles a importar mano de obra esclava para suplir los brazos faltantes en los años subsiguientes.
Descubrimiento, invasión y conquista se encadenaron en un proceso que terminó por devastar un continente entero. A partir de allí nació una nueva civilización mestiza. En donde la mescla de culturas fue evidente, el lenguaje, la religión, la alimentación, las relaciones sociales, la música y muchos otros aspectos terminaron imbuidos por mixtura entre españoles y originarios.
Sin embargo, hoy en día se presenta un concepto erróneo de “hispanidad” imbuido por las corrientes nacionalistas provenientes del siglo XIX y profundizadas durante los años del franquismo. Las alas negras del águila terminaron por oscurecer la realidad histórica. La idea que tenemos es la de una España (Hispania) milenaria que logró forjar “un imperio donde no se ponía el sol” imponiendo una forma de ser español y sirviendo como faro civilizatorio para el resto del mundo.
Pero como siempre en la historia: todo es más complejo.
En primer lugar la referencia a Hispania, antigua provincia romana tiene un origen falaz. La línea que sigue la historia de Roma con el actual Estado español tiene muchos puntos de corte en los cuales de los romanos solamente han quedado obras de infraestructura monumental. Primero con la invasión goda y luego con la invasión musulmana, de Hispania nos queda casi nada.
Pero incluso otro de los procesos fundamentales de la nación actual que sería “la reconquista” se nos revela como un bonito y épico capitulo para un manual escolar pero que poco tiene que ver con lo sucedido. Entre la caída de los visigodos (711) y la caída de Granada (1492) hay más 700 años de distancia. Lo que realmente observamos es la expansión de los reinos de Castilla y León junto con el reino de Aragón que unidos bajo la cruz católica logran aprovechar las fisuras que se habían gestado en territorio musulmán.
Es entonces que, como parte de esa expansión territorial, se levan las anclas de las carabelas que salen a explorar los mares al oeste de la península. Para ese entonces, la península era una mixtura de pueblos y lenguas. La “Hispanidad” no era algo concreto, había gente que hablaba castellano, que hablaba aragonés, que hablaba árabe, entre muchas otras. A aquella multiculturalidad se le vendría a sumar ahora todo un extenso continente que como dijimos también vendría a dejar su huella en lo puramente español.
Los siglos han ido pasando y la corona ha intentado siempre bregar por esa unidad total pero nunca lo ha logrado. Más aún, los desmembramientos de aquel imperio se han ido sucediendo creando naciones independientes que nacen en contra de aquel sentimiento español. Como brevísimo comentario, en Argentina, el “día de la raza” fue sancionado en 1917 durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen como forma de reconciliación con aquel pasado español y para incluir mejor a los millones de peninsulares que estaban llegando a trabajar al país. Con esto intento demostrar que la “Hispanidad” como tal nunca existió, fue siempre resistida y aún hoy es difícil de afirmar que existe ese sentimiento nacional completo.
El “Día de la Hispanidad” evoca el pasado imperial e incluso franquista. Fue impuesto y expandido por medio de la educación pública, las fiestas patrias y demás propuestas del Estado para forjar una identidad común. Sin embargo, incluso en la península, el sentimiento regional es mucho más fuerte que el nacional. Catalanes, vascos, gallegos, valencianos, andaluces, castellanos y demás son pequeñas patrias que en el sentido común se imponen por sobre la de España. En Latinoamérica, en lo único que se expresa es en la lengua castellana que comparten las ex - colonias pero allí las identidades propias que han ido forjando en los últimos 200 años la han alejado cada vez más de aquello que en España se denomina como “Iberoamérica”. Más aún, la conciencia de estar festejando la muerte de millones de originarios a partir de la llegada de Cristóbal Colón ha terminado por despreciar la Hispanidad y avanzar hacia conmemoraciones, más bien reflexivas, que buscan poner en valor el mestizaje propio de aquellas naciones.
Pablo Javier Coronel
Para seguir pensando:
• Entrevista con Ana María Presta:
• ¿Héroes o Villanos?
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