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Una cronología de la Revolución Rusa

Pablo Javier Coronel

Largos debates se han extendido acerca de la periodización de la Revolución. Es imposible hablar de Octubre sin entender la insurrección armada de los bolcheviques como parte de un proceso de larga data y que va mas allá de 1917, más allá de la Primera Guerra Mundial e incluso más allá de 1905. La Revolución Rusa expresa el punto de llegada de una serie de caminos paralelos con perspectivas diversas. Octubre tampoco fue la culminación de un proyecto en conjunto sino como la llegada de solo uno de esos proyectos y que logró imponerse a los demás.


Dicho esto, y teniendo en cuenta todo el bagaje previo que debe ser tenido en cuenta, nos limitaremos a analizar el álgido 1917 pero sin olvidar que tanto Febrero como Octubre son parte del ascenso del movimiento obrero de masas.


La situación política después de 1905 encontraba un gobierno de coalición con las burguesías incorporadas al Estado a través de un órgano parlamentario que recibió el nombre de Duma, lo cual desinflo al movimiento obrero en alza hasta ese momento. El año 1917 va a revivir las tensiones que ya se observaban 12 años antes, con un movimiento obrero que se había fortalecido en el ámbito democrático a pesar de las persecuciones y la censura.


La revolución de febrero de 1917 trajo de vuelta a Petrogrado, desde Siberia y desde el exilio en el exterior a una multitud de revolucionarios anteriormente proscriptos. La mayoría de ellos pertenecientes a las vertientes internas del Partido Obrero Socialdemócrata (mencheviques y bolcheviques) y del Partido Socialista Revolucionario. Este movimiento de masas restauró lo que alguna vez fue la organización de autonomía obrera más importante de la Rusia de 1905: el Soviet de Petrogrado. Por su parte, el gobierno queda de forma provisional en manos de la Duma una vez derrocado el Zar.


Podemos observar entonces como se establece un doble poder. Por un lado la Duma que representaba los intereses de la burguesía y el Soviet como expresión de la clase obrera. Esta particular forma política se encuentra basada en una débil alianza para no perder el poder con las siempre poderosas clases nobiliarias.


La situación va a dar un giro cuando en abril, el líder más importante del POSD vuelva del exilio. Vladimir Lenin va a postular en sus “tesis de abril” que no se puede seguir con el compromiso precario con la burguesía. Todo el poder debía pasar a la clase obrera y a sus organizaciones de base. Era prioridad del movimiento obrero tomar el poder.


Por toda Rusia se extendieron los Soviets. Cada ciudad contaba entonces con su propio órgano de autogestión obrera o campesina. Los comités obreros de las ciudades se hicieron cargo de la gestión de las industrias donde trabajaban, mientras que los campesinos tomaban las tierras que pertenecían a los terratenientes de la nobleza. De esta manera comienza a crecer la confianza derivada de la praxis política concreta de que una República de los Soviets es posible. Allí, diputados obreros, campesinos y campesinos pobres tomarían las decisiones claves sobre el rumbo del país.


El gobierno provisional de Kerenski comenzaba a verse asediado por sus propias incapacidades. El descontrol vivido en cada una de las ciudades debilitaba cada vez más la posición de la Duma como regente del país. La situación se agravó aun mas cuando en junio el general conservador Kornilov intenta un golpe de estado de corte restauracionista.


El intento es sofocado por la movilización obrera que defiende las posiciones del gobierno provisional con milicias obreras. A partir de ese momento, la actitud en favor de la toma de poder planteada por los bolcheviques comienza a tomar fuerza y a ganar posiciones en la mayoría de los Soviets bajo la premisa: “Todo el poder a los Soviets”.


Una consigna con la cual Lenin no estaba demasiado de acuerdo como una postura permanente del partido, sin embargo podía funcionar como una forma de lograr la toma del poder. En su mirada, la revolución obrera debía estar conducida por una vanguardia de cuadros instruidos y capaces de mantener el poder el día después del asalto de los cielos.


Así las cosas, el golpe de efecto organizado se dio el 25 de Octubre al palacio de invierno en donde Kerenski ejercía el poder desde los aposentos del Zar depuesto. La fecha debía coincidir con el II Congreso Panruso de los Soviets. Lenin pensaba que de esta manera lograría el apoyo y control sobre las posturas encontradas y titubeantes de las tendencias que se disputaban allí. La idea surtió el efecto esperado, el líder bolchevique tenía en sus manos el poder de la sede del poder central.


En el congreso se dictó la disolución del gobierno provisional, se encausaron los mecanismos para terminar con la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, la disolución de la propiedad de los terratenientes en el campo, se establecía la nacionalización de los recursos naturales, el fin del trabajo asalariado y se creaba un Consejo de Comisarios del Pueblo como autoridad del Gobierno Provisional Obrero y Campesino del Congreso Panruso de los Soviets.


Pablo Javier Coronel

Bibliografía utilizada:

- Carr; La Revolución Rusa: de Lenin a Stalin, 1917-1929

- Ferro; La Revolución de 1917

- Fitzpatrick; La Revolución Rusa”


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Extraído del libro: Coronel, Pablo Javier (comp.); "Centenario de la Revolución Rusa. Perspectivas desde el siglo XXI"; Huellas ediciones, Buenos Aires (Argentina); 2017



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