La Argentina entre golpes: la dictadura del GOU y el nacimiento del peronismo | Huellas en el Aula | Huellas de la Historia

En 1943, la historia argentina volvió a girar con fuerza. Mientras el mundo se desangraba en la Segunda Guerra Mundial, en el país se gestaba un golpe de Estado que iba a marcar el inicio de una nueva etapa política, cargada de tensiones, contradicciones y transformaciones profundas ¿Por qué es importante enseñar este periodo en el aula? Porque permite analizar las tensiones sociales de fondo que atraviesan nuestra historia: la disputa por el poder entre clases, los proyectos de país enfrentados, y los modos en que se construyen hegemonías. En lugar de una cronología fría o una historia oficial desactualizada, esta planificación ofrece una mirada renovada: pone el foco en los vínculos entre clase obrera, élites económicas y Estado, y brinda herramientas para pensar cómo ese conflicto sigue presente hoy.

El régimen conservador, sostenido sobre el fraude electoral y los pactos con potencias extranjeras, venía siendo resistido por distintos sectores. Uno de ellos fue FORJA, una agrupación de jóvenes radicales como Arturo Jauretche, Homero Manzi y Raúl Scalabrini Ortiz, que denunciaban la entrega del país, la corrupción y la dependencia económica. Eran nacionalistas, pero también profundamente democráticos. Su prédica, que combinaba pensamiento crítico con acción callejera, fue ganando terreno entre quienes ya no se conformaban con las viejas fórmulas políticas.

El 4 de junio de 1943, un grupo de militares nacionalistas agrupados en el GOU decidió actuar. Derrocaron al gobierno conservador con la idea de "regenerar" la nación, suprimir el comunismo y poner fin al sistema liberal que, decían, había llevado al país al estancamiento. La democracia fue suspendida y comenzó un experimento autoritario que se sostuvo sobre la represión, el control de los sindicatos y la censura.

En ese contexto surgió una figura inesperada: el entonces coronel Juan Domingo Perón. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión y el Ministerio de Guerra, tejió una estrategia singular: por un lado, reprimía a sindicalistas comunistas y socialistas; por otro, conquistaba a miles de trabajadores mediante leyes laborales que otorgaban derechos hasta entonces impensados. El Estatuto del Peón, por ejemplo, garantizaba vacaciones, jubilación y aguinaldo a los obreros rurales, que venían reclamando mucho más que eso.

La clase trabajadora, que hasta ese momento había sido un mosaico de anarquistas, socialistas, comunistas y sindicalistas sin partido, comenzó a reconocerse en un nuevo discurso. Perón hablaba su idioma, exaltaba el valor del trabajo y prometía un país más justo. Pero también los nacionalizaba, no sólo con leyes, sino con símbolos, gestos y un liderazgo que lo acercaba a la figura del caudillo.

En octubre de 1945, esa construcción estalló en las calles. Miles de obreros marcharon a Plaza de Mayo para exigir la liberación de Perón, que había sido encarcelado por sus propios camaradas de armas ante la presión de Estados Unidos y otros sectores internos que querían "limpiar" al gobierno de toda simpatía fascista. El 17 de octubre marcó el nacimiento de un nuevo vínculo político: el peronismo. Aun así, no todos estaban de acuerdo. Mientras los trabajadores llenaban la plaza, la oposición democrática organizaba una masiva Marcha por la Constitución y la Libertad. Querían elecciones libres y el fin de la dictadura. El país estaba partido, y la pregunta era urgente: ¿Democracia o dictadura? Lo que siguió fue una transición compleja. El gobierno de Farrell, con Perón como figura central, aceptó convocar a elecciones. La apuesta era ganar sin necesidad de tanques ni proscripciones. Y la historia mostró que, esta vez, el voto popular cambiaría el rumbo del país.

La planificación, desarrollada por el Prof. Pablo Coronel, propone actividades concretas, fuentes históricas, recursos audiovisuales y preguntas clave para el debate. Es una herramienta completa para quienes buscan enseñar este proceso de forma rigurosa, actual y comprometida. Comprarla es apostar por una historia viva, que interpela y que ayuda a formar estudiantes críticos, capaces de entender que el pasado no está muerto: todavía se discute en las calles, en las aulas y en las urnas.

El golpe de 1943 y la dictadura del GOU (Clase 8 - 5to SEC)

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