¿Romanos en Benalmádena? | Crónicas de España | Huellas de la Historia
En uno de mis primeros días como residente de Benalmádena (ciudad costera cercana de Málaga) después de dar una vueltecita por la playa, me encontré casi sin saberlo con una serie de ruinas al costado de la Avenida Machado. Sentí en el cuerpo esa electricidad que nos llega cuando nos asomamos al pasado. Mi curiosidad de historiador me puso a investigar sobre el tema ¿Serían restos de un antiguo puerto romano o quizás de alguna villa costera olvidada? La realidad es que con tantas culturas que habitaron las costas malagueñas, podía ser herencia de cualquiera de ellas ¿Quién podría imaginar que estas costas guardan secretos milenarios? Los invito a recorrer conmigo esta Crónica de España.

Y así es, el municipio de Benalmádena conserva las ruinas de establecimientos industriales y habitacionales de la época del Imperio Romano. Datados entre el siglo II d.C. y el siglo IV d.C., los yacimientos situado en la actual rotonda de los molinillos, en Torremuelle y en Av. Las Palmeras en la ciudad costera nos transportan a otra época de la historia. El trabajo de los arqueólogos e historiadores ha logrado poner en valor las ruinas de estos establecimientos.
En la rotonda de los Molinillos, más precisamente en Av. Federico García Lorca 1, se encuentra un yacimiento de pars fructuaria, es decir, una zona industrial. En ella se producía aceite de oliva y posteriormente fue utilizado para la elaboración de salazones o garum.

Sabemos que el aceite de oliva era un producto muy demandado en todo el mediterráneo durante aquellos años del imperio romano, pero también debemos decir que el gran centro de producción se encontraba ubicado en la ciudad de Antequera y que desde allí se enviaba el producto para la exportación en el puerto de Malaka. Los historiadores no han podido concluir si el producido en el yacimiento de Benalmádena estaba destinado igualmente al mercado mediterráneo o si era para el consumo local, aunque las cantidades de aceite producidas habrían sido de menor cantidad que la de otros centros urbanos.
Según los indicios, el sitio fue reconvertido luego para la industria del garum o salazones de pescado. Un alimento muy común derivado de la fermentación de los sobrantes del pescado como cabezas, vísceras y colas. Eso terminaba convirtiéndose en una pasta que luego era usada para condimentar las comidas. La importancia de este producto puede verse también en el yacimiento de Torremuelle que también estaba dedicado al garum pero en una escala aparentemente mayor. Vemos entonces como la relación de Benalmádena con el mar se remonta siglos atrás.

Muy cerca de allí, en la Av. Las Palmeras se encuentra otro yacimiento conocido como Benalroma y que tiene que ver con una pars urbana de uso residencial que era parte de la misma residencia habitacional de la de los Molinillos. De allí se han extraído ornamentos propios de la época tardorromana. Según los estudios, la zona fue primero un asentamiento de lujo durante el siglo II d.C. y que fue paulatinamente transformándose en una pars rustica en donde habitaban los romanos del común. El sitio terminaría abandonándose completamente durante el siglo IV d.C.

La presencia romana en Benalmádena nos invita a pensar en el valor histórico, reflejado en su legado arqueológico, y en su papel productivo, destacado por la producción de aceite de oliva y garum, actividades que conectaban al municipio con el mercado mediterráneo. Conocer el pasado nos lleva a preguntarnos por qué nuestros antepasados eligieron estas costas para ser habitadas y por qué las abandonaron llegado el siglo IV. También a reflexionar cuál era el grado de integración con el mercado mediterráneo y qué relación se tiene en el día de hoy. Sin dudas, para los interesados en el pasado romano, el Centro de la Historia de Benalmádena nos puede acercar a responder algunas de esas preguntas. Lo cierto es que hubo una Benalmádena romana y está al alcance de todos.
Pablo Javier Coronel
(Profesor en Historia)
Fuentes:
Centro de la Historia de Benalmádena
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