Cincuenta años de 1968
Pocas veces en la historia un año cambia tanto la realidad mundial como lo fue 1968. El mundo se estremece ante protestas y movilizaciones populares de gran envergadura que terminan redefiniendo la realidad en cada uno de esos espacios nacionales y, a su vez, influyen en el resto del globo. Este libro se propone realizar un estudio sobre los hechos más trascendentes para ponerlos en foco y poder comprender la historia que se avecina a partir de ese momento.
Este libro propone un recorrido, un viaje introspectivo en la realidad de cada país estudiado. Un cúmulo de coincidencias no es automáticamente una ley social compartida o diseminada de forma absoluta para todos los estudios de caso. Si bien hay vasos comunicante, cada contexto nacional es un mundo propio. La importancia y trascendencia de este año en la historia del siglo XX es que convergieron, en un mismo momento, todas las demandas contenidas durante años y con diferentes temporalidades en distintos lugares del mundo. Sin embargo, no debemos perder el eje de que cada contexto reviste su especificidad ante espacios similares, métodos y formas de acción.
Algunos episodios ayudan a esta confluencia y le dan un marco a lo sucedido en 1968. En primer lugar, la Guerra Fría marcó la vida de grandes porciones de población en donde se debatía entre dos modelos opuestos pero complementarios para su desarrollo: capitalismo y comunismo se retroalimentan constantemente para seguir en su espiral de desarrollo. Las industrias bélicas de las principales potencias son el motor del crecimiento económico. La Unión Soviética y los Estados Unidos son los dos extremos de un péndulo de tendencias que mueven a todo el mundo.
En este marco general, quiero enumerar algunos hechos que me parecen trascendentes para entender los levantamientos populares en toda Europa, el mundo soviético, Estados Unidos y las áreas de influencia en el tercer mundo. En primer lugar, el desarrollo de una tendencia política dentro del movimiento de las izquierdas comunistas en Europa que tiene su anclaje en un país hasta entonces alejado y extraño. La Revolución Cultural China trasciende las fronteras del gigante asiático para encontrar sus adeptos en las juventudes del viejo continente. Esta tendencia viene a proponer a los jóvenes una salida radicalizada de los conflictos en oposición a las pesadas y burocráticas estructuras del PC. Se comienza a vivir la sensación de que mediante unas jornadas continuas de agitación se podrían acelerar los tiempos históricos y crear el cambio revolucionario de la sociedad de una vez por todas.
En segundo lugar, lo que podríamos llamar la centralidad de la juventud dentro de las luchas sociales que se vienen llevando a cabo. La clase obrera, nucleada en sus sindicatos rígidos y burocráticos, parecen no tener la capacidad de iniciativa que sí se encuentra en los centros de estudiantes de las universidades donde asisten principalmente los hijos de la pequeña burguesía y de obreros aisladamente. Los campus universitarios se convierten en las primeras y más potentes barricadas de los tiempos que vienen.
La guerra de Vietnam por otro lado desangra a la sociedad más avanzada económicamente del mundo. Sus jóvenes reclutas están yendo a morir por una causa que no consideran justa. Los barcos salían con ilusiones y volvían con cajones. En Francia la guerra por mantener el control de las colonias africanas, replicaba el mismo sentido. El movimiento pacifista que nace a partir de estos enfrentamientos fue uno de los más fuertes en Europa y Estados Unidos. Es el momento de las grandes causas mundiales por la paz.
Por último, el asesinato de Ernesto Guevara en Bolivia. Si bien no es uno de los motivos centrales de los levantamientos, ni mucho menos, la figura de “El Che” es un símbolo y un ejemplo para las juventudes que aspiran a cambiar el mundo en un sentido socialista. Su asesinato en manos de la CIA motivó a más jóvenes a seguir su ejemplo de idealismo consecuente. Lejos de inmovilizar y atemorizar a los incipientes revolucionarios del siglo XX, el asesinato de Guevara los motivó aun más a tomar la historia en sus manos.
Como se dijo al inicio de este capítulo, cada país encuentra sus propias causas nacionales que inician el enfrentamiento entre sectores y clases sociales. Así este año 1968 reviste este doble espectro entre las motivaciones sistémicas globales y la coyuntura doméstica de cada realidad nacional.
En este libro se concentrará el foco en las realidades de Francia, Checoslovaquia y México. Luego se intentará poner en foco en los países protagonistas de la Guerra Fría durante estos años, fundamentalmente entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Se pasará revista luego por los casos de América Latina, fundamentalmente Argentina y Brasil.
La intención es observar como el “Mayo Francés”, la “Primavera de Praga” y los movimientos estudiantiles de América –México, Brasil y Argentina- fueron una respuesta de las juventudes al mundo convulsionado en que vivían y a la explotación capitalista que sufrían. Además como se desarrollaron las estrategias para contener la crisis en Estados Unidos y en la Unión Soviética dentro de sus áreas de influencia y que respuesta encontraron por parte de sus poblaciones autóctonas con respecto al mundo bipolar.
Este libro no pretende ser una obra definitiva, sino un aporte y un balance de un año clave en la historia del siglo XX. Busca además ser un libro de divulgación histórica que no enrede al lector en problemáticas historiográficas complejas, sino que pueda brindar un punto de vista articulado de manera tal que haga sencilla su comprensión. Queda entonces planteada la invitación a este viaje en la historia contemporánea.
Pablo Javier Coronel
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